jueves, 24 de junio de 2010
Se tu mismo...
Pero cuando, de repente te sales de los caminos marcados para hacer eso, lo que realmente quieres todos se te echan encima... Yo cada vez entiendo menos a esta sociedad. Por una parte esta la libertad de expresión, que todo el mundo la apoya y dice que no podríamos vivir sin ella. Y por la otra parte, si te sales de los caminos marcados por las modas y demás puedes llegar a sufrir una repulsión social hasta dejarte solo, marginado.
Yo, tengo la suerte de tener gente a mi alrededor que me acepta como soy, pero seguro que hay gente que no la tiene ni la encuentra...
Sé también que si no existieran esas normas sociales yo también sería distinto, no mucho porque me importa poco lo que los demás piensen de mí, y habría gente que cambiaría mucho más... Sería un mundo más auténtico.
Sé que esto nunca llegará, nunca existirá en ninguna sociedad una libertad total... Pero me parece una barbaridad lo de la libertad de expresión.
Yo cada vez entiendo menos las contradicciones propias del ser humano y me dan ganas de volverme un ermitaño solitario, fuera de cualquier influencia humana...
miércoles, 23 de junio de 2010
Tumbada
sábado, 19 de junio de 2010
domingo, 13 de junio de 2010
Verano
martes, 8 de junio de 2010
El alma de mi corazón.
Te valoro mamá, te envidio, eres fantástica, créetelo, sé que no hay otra como tú, una mujer valiente, que lucha por sacar esta familia adelante, la que está a la hora que sea cuando más la necesito, que está todo el día pendiente de su móvil, por si en algún momento recibe alguna noticia mía ( digamos, que no del todo buena) ya está llamando a un taxi para ir a buscar a su chuipipum. Si, su chuipipun, su chiquitica a la que hace cosquillitas en la espalda cuando estoy algo más alterada de lo normal.
Adiós amiga rutina.
Pero haces lo que puedes para intentar estar mejor, ver felices a los que te quieren, pasar un buen rato jugando al voleyball, ver como Tere regaña a Imanol y a Alai por quedarse dormidos... Lo duro es hacer un esfuerzo en vano, que no merece la pena, porque te encuentras mal, incómoda.
El estar ahí sentada en un pupitre seis horas sin saber que hacer es duro, el no enterarte de nada también lo es, me hace sentirme inútil, inservible incluso idiota, por no aprovechar el tiempo en estar mejor, en mi madre, en mil cosas que necesito.
También es duro decir adiós a la rutina, el no ver a tus amigos sentados en los bancos de la entrada, o el no ir a por el bocadillo a la plaza del abuelo, o el no comernos Laura y yo el bocadillo de Julen, las clases de euskera junto a mis compis, o la sonrisa de Noelia incondicionalmente, o el no tener al lado a Jazmina para bailar regeton en la barra de la mesa, o a Josu sacando fotos y durmiéndose en clases de nuestra queridísima Lourdes.
Son tantas cosas tan difíciles de olvidar, Irubide siempre estará en mi.
Se echará de menos, pero a veces un cambio en tu vida no viene mal, tendré que aprender a derrapar contra la pared.
lunes, 7 de junio de 2010
Egoísmo innato
Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, pero esto es demasiado. Llevamos más de cien años viendo los desastres que provocamos y no hacemos nada por remediarlo.
La naturaleza nos ha dado un increíble mundo lleno de hermosísimos paisajes y nosotros, para nuestro provecho (provecho que nos está haciendo más mal que bien) nos empeñamos en destrozar esos paisajes naturales por fabricar superfluos artículos para sostener esta sociedad basada en el consumo.
Nos empeñamos en convertir las montañas en increíbles praderas solo para hacer autopistas de lujo, por tener unas carreteras en las que por 8 carriles en los que llenemos la atmósfera de productos nocivos.
Simplemente por querer folios blancos tenemos que matar océanos enteros de árboles y millones de animales que vivían entre ellos. Simplemente por querer tener envuelto nuestro bocata del recreo tenemos que agujerear montañas de África para obtener nuestro papel de aluminio, que ni siquiera se puede reciclar.
Por querer vivir todos juntitos tenemos que cubrir extensas zonas de asfalto y piedra, sin dejar respirar a la tierra.
Por nuestro innato miedo a la oscuridad tenemos que iluminar el planeta, gastar energía sacada del petróleo, del mismo petróleo que se está llenando ahora el océano pacífico. Actuando esa marea negra como una nube de muerte arrasando con toda vida que encuentra a su paso.
Por tener el poder de ese petróleo tenemos que bombardear personas humanas con armas nucleares que les dejen secuelas a ellas y a sus hijos...
Luego vienen los de arriba, diciendo que van a disminuir sus emisiones de CO2 pero se quedan en banas promesas, no hacen nada para remediarlo.
No encuentro otra razón que un gran egoísmo en el ser humano. El otro día me di cuenta que la mayor parte de la población solo sabe mirar hacia dos sitios: Hacia delante, fija en un punto cuando va detrás de un objetivo; o hacia sí mismo, como mirándose a un espejo, queriendo únicamente divertirse y simplemente ocuparse por su bienestar. Pocas cosas les hacer levantar la vista, apenas unos días estuvieron mirando a Haiti, otros a Chile... Al tiempo eso se ha olvidado y todos siguen mirando a sus dos puntos.
Me gustaría un montón que la gente se parase un día a mirar por la ventana, simplemente a ver como pasa el tiempo para los demás, o que se subieran al monte (como hago yo de vez en cuando) y vieran toda su ciudad desde arriba y reflexionaran. Lo que más duele que esto siempre se queda en utopía... La mayoría de la gente seguirá con la vista fija en su objetivo, o en su ombligo.