viernes, 27 de agosto de 2010

Se acabó

Me levantaba pronto para poder ir a bañarme y que no estuviese lleno de gente. "Los charcos" de mi pueblo son inmejorables (a excepción de los fines de semana): aguas transparentes en las que te puedes ver reflejada, como en un espejo, no hay cloro ni sal que irrite tus ojos, nadas junto a los peces y a veces estos te agarran los deditos del pie...Me relajo sobre todo cuando me sumerjo, mis oídos dejan de percibir el ruido exterior para sólo escuchar mis propios gritos interiores.

Todo eso se acabó hasta el próximo verano.

Los ratos con María, cuando me hablaba desde su ventana, siempre fueron de los mejores porque entre las dos compartimos informaciones hasta acordarnos de qué tal estuvo la noche anterior...A veces son charlas amargas, recuerdan datos que el sabio alcohol borró de tu cabeza para evitarte humillaciones personales. Sin embargo, en todo tema hay cabida para las carcajadas que hacen referencia a sucesos locos. Y eso que somos chicas normales jajaja (ehh Mariii)

Para que esto se vuelva a repetir no tendré que esperar hasta el verano, tan sólo necesito volver a ser vecina suya.

CONTINUARÁ