Todo empienza

Todos los días, cada uno de ellos que te levantas, es un nuevo reto. Siempre que tu pie derecho o izquierdo pisa el suelo, que has conseguido abrir los ojos y te has puesto de pie, ya has aceptado el desafío. La vida lo es.

También

Se nos ha oculdado mientras que para ellos siempre ha estado ahí. La masturbación para el hombre es sencilla; desde que nacen juguetean con sus miembros, saben que hay algo ahí, debajo del ombligo. Cuelga. El desarrollo del cuerpo va permitiendo que experimente sensaciones de placer tan al alcance que es difícil no tocarse para sentirlas de nuevo.

Incluso he sabido que mucho antes de eyacular, de llegar ese momento en que los fluidos están ahí, se han masturbado llegando a un cierto orgasmo.

Ahora nos toca a nosotras, porque cuando estudiabamos el aparato reproductor poco nos contaban. Las zonas erogenas de la mujer no se explicaban, se nombraban por encima. No tenemos nada tan evidente para llamar nuestra atención y poderlo curiosear. Muchas hemos tenido que esperar a que otros nos tocasen y saber entonces que ahí, sí sí, justo ahí, sientes placer.

Todavía para muchas mujeres sigue siendo todo un tabú hablar de la masturbación, mientras que relatar el mecanismo de una paja no ha sido tirado por el bater en papel higiénico, y eso que no tiene ni la menor complicación, ¿a que ninguna, chicos?

Pues quiero que sepáis, chicas y chicos, que ahí abajo hay algo más que agujeros, cantidad de zonas en las que el tener el sentido del tacto se agradece. Y eso..., que con dos ovarios también se puede disfrutar por una misma.

¡A DISFRUTAR!