miércoles, 25 de abril de 2012

Carta global

¡Despierta! :

Se necesita ayuda, alguien corre un grave peligro, no se está seguro en ninguna esquina, tampoco en escondites. De la atrocidad que nos persigue uno solo no puede escapar, nadie consigue darle muerte. Agujero negro, ¡eso es! Es un agujero negro que cada día crece más absorbiendo a personas que vagan solas, sin ánimo ni voluntad para hallar la respuesta de cómo se puede acabar con este suceso.

No es que no se conozcan los agujeros negros, porque ya ha habido más casos, solo que cuando se desintegran las personas se olvidan de que existieron. Pero...¡siempre están ahí! Aunque sea a la sombra de un banco, aunque sea bajo las alcantarillas del Parlamento, aunque sea en las acciones de la Bolsa. ¡Nos acecha!

Nunca estamos seguros. Ahora mismo el agujero puede haberse convertido en recibo de la luz, tal vez del gas, lo abramos y desatemos lo que un día hizo Pandora.

Por eso se necesita ayuda, pero...¿Quién la necesita? ¿Quién corre peligro? ¿Quién sabe dónde se halla esa masa misteriosa que aspira, engulle y destroza? La respuesta creo que es obvia: TODOS Y TODAS. Hay que mantenerse unidos, al igual que hacen los antílopes cuando asoma el pelaje del león, igual que se pegan unas a otras las morsas para escapar del frío. La presa fácil es el solitario, el que pretende subir solo al árbol para coger una manzana, pero, ¡zas! Cae al suelo y no hay nadie para recogerlo. Otros esperan a que caigan solas las manzanas hasta llenar su pelo de canas.

Esto es urgente, inmediato, necesario, complejo y también difícil, aunque como bien he dicho, el agujero negro pierde fuerza cuando se trata de derrocar a un grupo entero.

P. D. : Cada día hay más víctimas y el daño va siendo mayor. No se dejen bloquear por el pánico o el miedo, nunca se sabe quién será el próximo afectado.

Un saludo, sin llegar a pronunciar el último suspiro.

miércoles, 18 de abril de 2012

Cuando pienso demasiado


De normal me gusta pensar, indagar sobre las injusticias injustas de este mundo injusto. Me gusta soñar con utopías, con formas de cambiar el planeta para mejor, con divagar sobre la honestidad y humanidad de las personas… Pero después despierto y veo los periódicos, y las noticias en las que solo dicen que vamos a peor, con cosas que la gente no entiende (se dispara la prima de riesgo, cae la bolsa…); veo que la gente no se mueve cuando recortan sus derechos, sin ningún intento de prosperar, de mejorar esto… y veo también gente poderosa que se aprovecha de los demás, y los aprovechados, antes de condenarles, les toman como modelo y van detrás de sus ideales: Ganar, ganar y ganar por encima de lo que sea o quien sea.

Cuando veo todo esto creo que pierdo la esperanza en el mundo, pero antes de perderla del todo prefiero quitarme la idea de la cabeza dejando un rato de pensar.
En esos momentos me pongo a escuchar música que no me haga pensar, y para ello suele estar en otro idioma…
En esos momentos me pongo a ver la tele, pero déjate de telediarios o de películas con trasfondo ideológico, mejor unos dibus infantiles o una serie que echen por ahí.
En esos momentos puede que me ponga a leer, eso sí, una buena novela que me lleve lejos de este mundo injusto, y cuanto más diferente a este mundo, mejor.

Cuando no tengo nada de esto, si todo falla, me pongo a escribir, y esto es lo que sale.