La rabia se convierte en fuerza, que solo es aparente, en forma de palabras que cubren los verdaderos sentimientos.

Que es así como se consiguen los premios, con sacrificio, con sacar de ti una parte superficial, creada para la vida fuera de casa. Lo que escuchan tus paredes se funde con la pintura.

Más tarde no sabrás si el callar y engañar te ha servido para ganar o es eso lo que te ha hecho perder. Siempre dicen que los dobles son malos, que las segundas partes no fueron buenas, por lo tanto, por qué iba a ser mejor Laura que mi propio yo?

Esta es la causa por la que llegan las sorpresas: si pensabas que ella era así, DE REPENTE en un momento crítico ha fallado a su propia imagen, pero seguro que no a sí misma. Es a partir de ahí cuando te planteas que todos llegamos a la doble personalidad, a que por cariño y/o amor nos podemos llegar a reprimir el “yo” y lograr la imagen que se desea de nosotros/as.

No hay excusas ya para mí que justifiquen los cambios indeseados.

Creemos conocernos, sabemos cómo somos, por lo menos escuchamos nuestra descripción en boca ajena...Aun así la vida nos reta, nos pone situaciones en las que ni siquiera nosotros mismos sabemos cómo actuar.

Somos incapaces de controlar muchos de nuestros impulsos, y eso mismo es lo que nos hace diferenciarnos unos de otros; el efecto sorpresa, el que te hace descubrir a las personas plenamente, es inexplicable, porque no se sabe muchas veces el por qué de lo sucedido(sentimientos,situaciones,acciones...); algo irremediable que se aclara tal vez con el paso del tiempo.

Pensamos que las personas tienen límites, pero nunca imaginamos de ellas un cambio radical, sin embargo jamás sabremos qué llevan por dentro: temores, inquietudes, ilusiones, pasiones...Bien dicha está la frase “cada persona es un mundo”.

Pero es que es eso, este descubrimiento es lo apasionante de la vida, de compartir la tuya con los/as demás, conocer a las personas que nos rodean, y sobre todo, conseguir darnos cuenta de lo que somos capaces de hacer nosotros/as mismos/as.

Año 2067

-Hola cariño, hoy te voy a enseñar a hacer algo que la mayoría de todos han olvidado.

-¿Sí abuelo? ¿A qué?

-A pensar.

-Jajajaja... Abuelo, ya se pensar, me enseñaron en la escuela, se sumar, restar, resolver problemas y leer.

-Ay... No solo es eso, hijo mío. Pensar es imaginar mundos diferentes...

-¡¡Pero para qué, si ya tenemos todo lo que necesitamos!!

-¡¡No me interrumpas!! ¿Has pensado alguna vez si el mundo podría ser mejor?

-No...

-¿Has pensado alguna vez si tal y como vivimos es justo para todos?

-No...

-¿Has intentado siquiera ponerte en el lugar de otro para ver como piensa, o como siente?

-¿Se puede hacer eso?

-Sí hijo sí...

-¿Cómo?

-Leyendo, aprendiendo historia, hablando con la gente en vez de estar tan enganchados en las teles y ordenadores. Sobre todo intentando comprender a los demás.

-Pero eso no es fácil...

-No, no lo es, además es duro, a veces hasta te dolerá ver como se sienten otras personas, pero te aseguro que, sabiendo pensar, vivirás más que estando cómodamente tumbado en el sofá o colgado del ordenador. La gran pregunta es: ¿estás dispuesto a abrirte esas puertas o prefieres tu cómoda vida de ahora?

-Pues abuelo, si te digo la verdad... No lo sé...

Sol

Por unos días parece que tus obligaciones se acaban. No eres esclavo del reloj y mucho menos te tienes que acordar de a qué hora poner la alarma.

Ahora si madrugas es porque quieres, te apetece tener tu tiempo. Claro está que esto nos ocurre a la mayoría de los estudiantes, sin embargo también vemos cómo para nuestros progenitores la situación no varía porque haya llegado el calor.

Todas las comodidades a las que accedemos en verano, ¿ de dónde provienen? Claro está que del sueldo de nuestros familiares, que trabajan durante todo el año, pudiendo a veces librarse de ser mercancías estatales (Navidad, Semana Santa, puentes, verano...).

Actualmente ni siquiera sé si mucha gente podrá descansar en verano...se necesita mantener una vida digna en una sociedad podrida, por lo que para muchas familias es difícil descansar y desconectar.

Los gobiernos cada vez dificultan más la vida sana, ya que exponen a sus gentes a condiciones laborales detestables, incapacitando al ser humano, ser natural, a existir de forma agradable. Las obligaciones exhaustivas provocan aborrecimiento, detestar incluso que salga el sol y haga buen tiempo.

La gente que está empleada en determinados trabajos llega a desear un verano tormentoso para trabajar sin tanta envidia. Todas estas medidas estatales, que se extienden a nivel mundial, están provocando que los individuos agrien su carácter, generan decepciones...aun y todo esto parece seguir sin ser suficiente para que alcemos la voz unidos.