De pequeños nacimos dibujando, llenando nuestros ojos de colores y manchándonos los dedos de pintura. Muchos si se pusieran ahora frente a un folio y con lapiceros de colores no sabrían qué hacer, y seguramente lo que vayan a realizar sea más insignificante que lo que pintaban en el colegio.
Esto no es nada del otro mundo, como cualquier otra cualidad si no la ejercitas se pierde; si te cierras en el mundo de lo concreto olvidarás el valor de lo abstracto. ¿Y los sentimientos qué son? Abstractos con tal vez demostraciones materiales muchas veces. Lo que es un regalo es ver cómo aún quedan jóvenes con sentimiento, que no tiene por qué estar relacionado con lo "cursi". Un sentimiento entendido como sentido de vida. Poseer la capacidad de mirar más allá, con sueños e ilusiones y ganas de cambios: IMAGINACIÓN.
Puede ser que la imaginación muera cuando se la saca a la luz, pierda esas cualidades misteriosas que la hacen tan diferente, que no sea estática, que con cada minuto la idea transforme su forma, sea nueva y no se pierda por haberla identificado con algo palpable.
Guarda por ello una pizca de imaginación en la esquina de emergencias, ya que nunca sabes cuándo la vas a necesitar, o si algún día podrás despegarte de ella. Deberíamos ser conscientes de que muchos ya la han perdido y sufren las consecuencias. Esta es una amiga entrañable, pero rencorosa si alguna vez le dimos la espalda. Abandonarla condenaría a la mente a olvidar qué es soñar por encima de lo que ya ha sido creado.
Disfruto ante cualquier trozo de papel en blanco, ya que lo que imagino en él plasmado es ilimitado. Nada más empezar todo sale, sin tener por qué ser ideas que ya estaban antes de empezar a escribir. Coger un lápiz, un teclado...es la llave al descubrimiento de nuevos paraísos que creía inexistentes, pero que ahí estaban. Se deslizan palabras al compás del papel que susurra ideas que aparecen de cero, primero no existe porque tampoco hay un último. Si existe el infinito en un signo matemático, para mí existe en la imaginación.