martes, 27 de marzo de 2012

Imaginación

La imaginación es un tesoro debido a que muy pocos la poseen. Tal vez sea porque no es algo igual de valorado que los números o que el dinero, tal vez la imaginación quede a parte en el día a día. Se nos olvida que gracias a esta ha nacido la vida, todo lo que nos rodea brotó antes de una idea que de una cuenta.

De pequeños nacimos dibujando, llenando nuestros ojos de colores y manchándonos los dedos de pintura. Muchos si se pusieran ahora frente a un folio y con lapiceros de colores no sabrían qué hacer, y seguramente lo que vayan a realizar sea más insignificante que lo que pintaban en el colegio.

Esto no es nada del otro mundo, como cualquier otra cualidad si no la ejercitas se pierde; si te cierras en el mundo de lo concreto olvidarás el valor de lo abstracto. ¿Y los sentimientos qué son? Abstractos con tal vez demostraciones materiales muchas veces. Lo que es un regalo es ver cómo aún quedan jóvenes con sentimiento, que no tiene por qué estar relacionado con lo "cursi". Un sentimiento entendido como sentido de vida. Poseer la capacidad de mirar más allá, con sueños e ilusiones y ganas de cambios: IMAGINACIÓN.

Puede ser que la imaginación muera cuando se la saca a la luz, pierda esas cualidades misteriosas que la hacen tan diferente, que no sea estática, que con cada minuto la idea transforme su forma, sea nueva y no se pierda por haberla identificado con algo palpable.

Guarda por ello una pizca de imaginación en la esquina de emergencias, ya que nunca sabes cuándo la vas a necesitar, o si algún día podrás despegarte de ella. Deberíamos ser conscientes de que muchos ya la han perdido y sufren las consecuencias. Esta es una amiga entrañable, pero rencorosa si alguna vez le dimos la espalda. Abandonarla condenaría a la mente a olvidar qué es soñar por encima de lo que ya ha sido creado.

Disfruto ante cualquier trozo de papel en blanco, ya que lo que imagino en él plasmado es ilimitado. Nada más empezar todo sale, sin tener por qué ser ideas que ya estaban antes de empezar a escribir. Coger un lápiz, un teclado...es la llave al descubrimiento de nuevos paraísos que creía inexistentes, pero que ahí estaban. Se deslizan palabras al compás del papel que susurra ideas que aparecen de cero, primero no existe porque tampoco hay un último. Si existe el infinito en un signo matemático, para mí existe en la imaginación.

martes, 13 de marzo de 2012

Búsqueda

Nada como querer llegar a huir para solo poder saber de ti, de tus impresiones, de los valores que aprendiste y que ahora interiorizas. Lugar donde el pasar del río sea tu emisora, el móvil solo exista como idea lejana, los libros pueden acompañarte si de ellos depende tu búsqueda.

Soñar sobre prados verdes de afiladas hormigas correteándote por el cuerpo, bailar entre aromas que adormezcan el recuerdo de lo material, aire virgen que depure tu interior para saber qué se haya en él.

Cada paso te hace pisar nueva tierra, con cada huella dejas una marca que dependiendo cómo sea el suelo quedará más o menos profunda. Así es el caminar de la vida, en el que se van marcado nuestra iniciales a cada acto que realizamos. Pensar en si todo habrá merecido la pena, en si las tierras impenetrables habrán merecido la pena ser descubiertas y usurpardas. Pero en realidad qué más da, si gracias a todo ello puedo pensar, saber que mi vida no consta de un solo ayer, que el pasado te forma para encontrar el paraíso entre nuevos conocimientos.

Y el saber no daña, sino cura, como alejarse del mundo, creerse viajero del tiempo, billete con ida y sin vuelta. Nacederos inexploradps, que nunca llegan a terminar tal y como empezaron, para mí mantas finas bajo las que acurrucarse cuando quiero oír la nada. Basta con coger aire, sumergirte y explorar a qué sabe flotar, sentirse inerte, formar marte de algo que te acaricia y transporta consigo haciéndote parecer que perteneces a él.

Sigo buscando ese lugar que me demuestre que las casas no están hechas con cimientos, sino de sentimientos. Llevará una vida encontrarlo, ya que creo que sé dónde se encuentra: en mí.