lunes, 27 de agosto de 2012

Un viaje a las nubes

Es normal que mirando con atención o distraída mi cabeza quiera buscar una huida, marchar a las nubes, sentir que si llueve las gotas no queman, nada está contaminado y el olor del aire es insípido para el ansia de comerse el mundo.

No marcharé porque queda mucho por hacer, pero es difícil rehacer lo deshecho; por lo tanto debo atar mi mente al cuerpo, que no haya tanta distancia entre realidad y sueño; dejar para más tarde las utopías y llegar a transformar una realidad cada día más próxima a la pesadilla. Un intento de equilibrio desamparado. Hay peso que no dejar ser levantado para ir de un plato a otra de la balanza. ¿Primer mundo...? ¿Tercer mundo...?, sin nombrar un segundo, imposible de lograr la armonía en un existir que busca la contienda, el que todo el mundo compre y venda, pasar con indiferencia ante problemas ajenos, ¡una sociedad escupe-veneno!

Abrir los ojos como trabajo forzoso, cantidad de información que confunde, adorna, transforma lo que es cierto. Pero, ¿qué es "cierto"? ¿Cuál es la realidad? Para cada uno la suya propia si la panorámica de su visión se cierra en un plato que está vacío, en un maletín lleno de billetes, en los números rojos... Según cómo se mire la vida, según la comodidad que se lleve en esta o se haya llevado; dependiendo de todo ello, las situaciones se enfrentaran mejor o peor, con rabia o indiferencia, ganas de lucha o de dejarse arrastrar. ¡Decide! ¿Qué es lo que tú quieres? Hazlo.