domingo, 10 de mayo de 2020

Nunca estuvo tan cuestionada la realidad, al menos, por mi parte. Siempre polemizando todo lo referente a los límites, sobre todo, dudando de los míos. Ahora más que nunca, nunca la realidad me cuestionó tanto. Es como un vivir alucinando, pensando que la forma de vida se ha distorsionado, los colores se mezclan y no alcanzo a ver el blanco. La piel me arde, como si la temperatura hubiera sufrido también una pérdida de parámetros, de axiomas, como si vivieran en ignición.

Ya es tarde y pronto. Resucito cada día, de las cenizas, o menor dicho, del polvo. Soy ácaros, soy partículas, soy vida que se desprende para unirse y formar un nuevo yo. No sé si diariamente, no sé si cada sesenta segundos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario